Después de más de cuatro décadas en silencio, las campanas de la torre norte de la colegiata de Santa María de Briviesca han vuelto a sonar. El templo cuenta con seis campanas, repartidas entre las torres norte y sur, que forman parte del patrimonio histórico y religioso de la localidad.
Esta recuperación ha sido posible gracias a la Cofradía de la Santa Vera Cruz y a la parroquia, que se propusieron devolver a la ciudad una tradición perdida desde que el sistema eléctrico que las hacía repicar se averió.
Para lograrlo, se retiró el antiguo mecanismo y se colocaron nuevos badajos fabricados de forma artesanal por Ismael de la Iglesia, lo que ha permitido que las campanas recuperen su sonido original.
Aunque no se harán sonar a diario, sí volverán a escucharse en momentos destacados del calendario local, como la Exaltación de la Santa Cruz o la Feria de San Francisco de Asís, manteniendo viva una parte esencial de la identidad de Briviesca.











