La Agencia Tributaria ha ingresado 566 millones de euros en el primer pago fraccionado del nuevo impuesto a la banca, correspondiente al mes de junio. Esta cantidad supone el 40% de la cuota anual prevista, que podría alcanzar los 1.415 millones en el conjunto del ejercicio. A partir de 2026, el abono de este tributo se realizará en el mes de febrero.
El gravamen, aprobado a finales de 2024 por el Congreso como parte de un paquete de medidas fiscales, afecta a los márgenes de intereses y comisiones de las entidades financieras, y se ha convertido en uno de los principales motores del crecimiento de la recaudación pública en lo que va de año.
Según el último informe publicado, la recaudación tributaria total en el primer semestre asciende a 134.855 millones de euros, lo que representa un incremento del 10% respecto al mismo periodo de 2024. Ajustando por calendario y devoluciones extraordinarias, el crecimiento real sería del 11%. Todo apunta a que Hacienda se encamina hacia un nuevo récord histórico de ingresos.
Un impuesto con vocación de permanencia
Aunque inicialmente se configuró como una medida temporal en respuesta a la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania, el impuesto fue reformulado en diciembre para darle continuidad. Se estableció como un tributo con un tipo impositivo progresivo: del 1% para ingresos de hasta 750 millones, del 3,5% hasta 1.500 millones, y hasta un 7% para los que superan los 5.000 millones. Esta estructura permitirá también la participación de las haciendas forales y comunidades autónomas en su gestión.
Banca con beneficios históricos
El informe de la Agencia coincide con la publicación de los resultados del primer semestre por parte de los grandes bancos españoles, que han vuelto a registrar cifras récord. CaixaBank ha declarado un beneficio neto de 2.951 millones de euros, BBVA ha alcanzado los 5.447 millones, y Banco Santander los 6.833 millones, lo que representa incrementos de entre el 9% y el 13% respecto al año anterior. En total, los seis principales bancos del país han acumulado 17.086 millones de euros de beneficios en solo seis meses, aunque varias entidades ya han empezado a provisionar cantidades importantes por el nuevo impuesto.
El impacto del tributo en el sector bancario y su contribución al equilibrio fiscal del país seguirán siendo temas clave en los próximos meses.











