La Diputación de Burgos cerró este viernes una de las votaciones más relevantes del año: la aprobación del presupuesto para 2026, que alcanzará los casi 180 millones de euros. La cifra supone un aumento de 13 millones respecto al ejercicio anterior y salió adelante gracias a los votos de PP, Vox y Sentir Aranda, alineados en un bloque favorable que sumó 16 apoyos. El PSOE, con 9 votos, se situó en el lado contrario.
Aunque la sesión comenzó con la intervención del presidente provincial, Borja Suárez, la verdadera fuerza del debate apareció cuando los grupos explicaron sus posiciones. Para Sentir Aranda, el incremento de la inversión en servicios sociales representa una garantía de utilidad pública y una razón suficiente para respaldar el proyecto. Valoraron también la “disposición al diálogo” del equipo de gobierno.
Vox justificó su apoyo apelando a dos áreas que considera esenciales: cultura y educación. Celebraron la incorporación de 150.000 euros al programa “Oña, Cuna del Español”, una iniciativa de inmersión lingüística destinada a jóvenes europeos que se suma a las actuaciones en el histórico espacio monástico vinculado a los orígenes del castellano.
Mientras tanto, el PSOE expresó su oposición desde el primer turno. Los socialistas señalaron dos puntos críticos que, a su juicio, invalidan el presupuesto:
la negativa del PP a elevar los Planes Provinciales hasta 54 millones y la reducción de 400.000 euros en los Planes de Empleo respecto a 2023. Para el grupo, estas dos decisiones demuestran que “el crecimiento de las cifras no llega a los pueblos” y que la inversión territorial queda por debajo de lo necesario.
Más allá del choque político, el reparto presupuestario dejó claro dónde se situarán las prioridades del próximo año. Servicios sociales absorberán más de 45 millones, mientras que SODEBUR y el IDJ contarán con alrededor de siete millones cada uno, configurando un mapa económico que marca el rumbo de la Diputación para 2026.











