En el último año y medio, el número de pensiones por incapacidad permanente ha crecido de 945.530 a 1.025.446, un 8,45% más. Aparentemente podría parecer que hay más personas con esta prestación, pero el Ministerio de Seguridad Social aclara que se trata de un efecto estadístico derivado de un cambio normativo, no de un aumento real.
La reforma aprobada en abril de 2024 retrasó la edad a la que los pensionistas por incapacidad pasan a ser considerados jubilados: de 65 años a 66 años y seis meses. Como consecuencia, más personas permanecen registradas como beneficiarias de incapacidad permanente durante más tiempo, lo que engorda las cifras mensuales.
El efecto del cambio normativo en las cifras
Mientras entre 2015 y 2023 las estadísticas se mantenían estables en torno a las 950.000 pensiones, desde 2024 la media ronda el millón, un 5% más. Tras la reforma, el volumen crece un punto porcentual cada dos meses, alcanzando en junio un 6,7% de subida interanual.
Más protección para los trabajadores
El Gobierno también ha impulsado nuevas medidas. El Ministerio de Trabajo modificó el Estatuto de los Trabajadores para eliminar la extinción automática del contrato al reconocer una incapacidad permanente. Ahora es el empleado quien decide si desea finalizar su contrato o si prefiere que la empresa adapte su puesto o le ofrezca otro compatible, siempre que no implique un coste excesivo.
Además, se ha aprobado un reglamento que amplía las profesiones con coeficientes reductores, permitiendo que quienes desempeñan trabajos duros o penosos puedan jubilarse antes sin penalización.











