El centro de día de Oña cierra sus puertas y deja a la comarca burebana sin este servicio
La falta de usuarios obliga a la Fundación Castresana a cesar su actividad, lo que supondrá la pérdida de cinco empleos

La comarca burebana se queda sin su único centro de día para personas mayores. La Fundación Castresana ha puesto fin a la actividad del centro Ángel Castresana Guinea, ubicado en Oña, tras años de funcionamiento y una progresiva pérdida de usuarios. En la actualidad solo nueve personas acuden al servicio, una cifra que, según la entidad, hace “inviable continuar con la gestión”.
El presidente de la fundación, José Ignacio Castresana, reconoce que ha sido una decisión difícil, pero inevitable. “La disminución constante de asistentes y las pérdidas económicas acumuladas nos obligan a cerrar, aunque seguimos abiertos a retomar el proyecto si en el futuro se cubren la mayoría de las 24 plazas disponibles”, explica.
Desde la Fundación aseguran que el cierre no significa un punto final, sino una pausa para replantear nuevos proyectos que sigan vinculados al bienestar de las personas mayores de la zona.
Una década de servicio y una pandemia de por medio
El centro abrió sus puertas en 2013, en un edificio de una sola planta adaptado y libre de barreras arquitectónicas, con espacios diseñados para las necesidades de los mayores: salas de actividades, comedor, enfermería, salón de televisión y patio.
La pandemia obligó a cerrar temporalmente en marzo de 2020, y la actividad no se reanudó hasta dos años después. Desde entonces, el centro ha funcionado con horario de 9 a 16 horas, ofreciendo talleres, comidas y atención personalizada. Para facilitar el acceso, la fundación dispone de dos rutas de transporte diario, una con destino Briviesca y otra hacia Trespaderne, que recogen y devuelven a los usuarios a sus domicilios.
Sin embargo, tras la reapertura en 2022, nunca se alcanzó la ocupación total. La escasa demanda y la dificultad para mantener el servicio han terminado por forzar su cierre definitivo.
Cinco trabajadores se quedan sin empleo
El fin de la actividad también afectará al personal del centro. Cinco trabajadores de la zona —una cocinera-limpiadora, una enfermera, dos auxiliares de geriatría y un conductor— se verán obligados a dejar sus puestos.
“Somos plenamente conscientes del impacto que esta decisión tendrá en los mayores y en sus familias. No ha sido una decisión tomada a la ligera”, afirma Castresana, quien agradece la confianza depositada durante todos estos años.
El cierre deja un vacío importante en la atención diurna de la comarca, donde viven usuarios procedentes de Oña, Briviesca, Salas de Bureba, La Parte, Cornudilla y Trespaderne.
Escasez de alternativas en la zona
A la falta de este servicio se suma la escasez de recursos en otros municipios. El Ayuntamiento de Briviesca no retomará las obras del edificio destinado a servicios sociales y ocio para jubilados debido al concurso de acreedores de Gesdesbur, mientras que la residencia La Milagrosa apenas dispone de dos plazas libres.
La comarca se enfrenta así a una nueva etapa en la que las familias deberán buscar alternativas para el cuidado diario de sus mayores, en un contexto de despoblación y envejecimiento progresivo.










